“…La arquitectura abarca toda consideración del ambiente físico que rodea la vida humana…”, dándole una connotación amplia a la arquitectura, incluyendo al paisaje, cuando es modificado por el hombre, hasta las ciudades y sus edificios, incluyendo a todo lo que hay en las ciudades, mobiliario, maquinas herramientas, escritura, información, todo lo cual constituye su ámbito. William Morris en 1881, escribe en “The prospects of Architecture in Civilization.”
Áreas de intervención Las áreas básicas de intervención del arquitecto pueden esquematizarse en: Vivienda, Salud, Recreación, Educación, Trabajo, Comercialización e Infraestructura. Cada una de ellas requiere un nivel de especialización y una practica constante. En estas áreas temáticas resulta especialmente importante el papel de la teoría y de la crítica arquitectónica, la cual comporta un juicio estético. Esto implica que en la formación de los arquitectos es imprescindible desarrollar también la capacidad analítica y sintética, la sensibilidad, la intuición y el gusto. Esto forma parte de inculcar un compromiso ético por la mejora de la sociedad, por el enriquecimiento del gusto artístico, por la defensa de la arquitectura a sus fines.
“…La arquitectura abarca toda consideración del ambiente físico que rodea la vida humana…”, dándole una connotación amplia a la arquitectura, incluyendo al paisaje, cuando es modificado por el hombre, hasta las ciudades y sus edificios, incluyendo a todo lo que hay en las ciudades, mobiliario, maquinas herramientas, escritura, información, todo lo cual constituye su ámbito.
ResponderEliminarWilliam Morris en 1881, escribe en “The prospects of Architecture in Civilization.”
Áreas de intervención
Las áreas básicas de intervención del arquitecto pueden esquematizarse en: Vivienda, Salud, Recreación, Educación, Trabajo, Comercialización e Infraestructura. Cada una de ellas requiere un nivel de especialización y una practica constante.
En estas áreas temáticas resulta especialmente importante el papel de la teoría y de la crítica arquitectónica, la cual comporta un juicio estético. Esto implica que en la formación de los arquitectos es imprescindible desarrollar también la capacidad analítica y sintética, la sensibilidad, la intuición y el gusto. Esto forma parte de inculcar un compromiso ético por la mejora de la sociedad, por el enriquecimiento del gusto artístico, por la defensa de la arquitectura a sus fines.